Los verdaderos momentos entre dos personas surgen cuando se empiezan a decir las verdades sin miedo a perder.
Es en ese instante cuando afloran sentimientos hasta ahora bajo llave. Se desata la tormenta!
Mi amigo, que se llama a sí mismo profeta, ha visto algo en su bola de cristal. El cree (y cito textualmente) que el único deseo que perdura si se sigue para adelante es el reprimido.
La realidad manda!, le he dicho a mi amigo para justificarme. Y entre carcajadas me advierte de que sus profecías no son inmediatas.
Ojalá este en lo cierto.
Ojalá este en lo cierto.